Andando el camino con una paleta de colores en la mano...

viernes, 22 de enero de 2010

WOW, WOW, WOW, el renacer...

Por fin de regreso!
Yuju!!!
Vaya que ha sido una larga hibernación, un largo momento en el tiempo, una recreación y recomposición de mí misma y de mi entorno.
Pero por fin puedo sentir mis alas, antes rotas, nuevamente crecidas, fortalecidas, ampliadas, reconstruídas más grandes, más fuertes y poderosas para elevarme aun cuando puedo estar rodeada de densidad.
Cuento un poco la historia.
En julio pasado después de mi visita a México, regresé herida y sangrante, literalmente, ya que una hemorragia vaginal me decía que algo andaba raro, el pronóstico médico: "molar pregnancy-embarazo molar", se trata de un tipo de "embarazo" en el cual el material genético no llega completo, es precisamente la parte materna la que falta (mmhh, algo que pensar). Total que tuve que pasar por una cirugía que si me rompió, no sólo la intervención quirúrgica, sino todo, TODO, el proceso, el hospital, los médicos, otra lengua para intentar comprender, mi pérdida de la idea de otro bebé en mi vida, mi relación de pareja, un sentimiento de abandono, depresión, dolor, consternación, confusión, etc., etc., etc.
Mi cuerpo sano rápido pero no así mi espíritu y mi alma.
Tuve que parar trabajo, y la economía empezó a desbalancearse lo cual trajo un poco de presión a mi vida.
Y bueno, me enfrentó muy fuerte con mis creencias, mis conocimientos, mi rechazo al sistema institucional de la medicina alópata, ya que sabía que la sanación estaba en mis manos y en nadie más. Pero porque mis niveles de hormonas no se regularizaron por varios meses me enfrenté al dilema de ir cada semana a pruebas de sangre e incluso ser canalizada a un oncólogo.
Yo sabía por dentro que tenía que sanar (mi deseo de ser madre, y al mismo tiempo el rechazo a una responsabilidad tan grande, mi relación con mi madre, con mi pareja, con mi hijo, conmigo misma, y en esta ultima parte mi gran rechazo a ser mujer casi desde que tengo uso de memoria en esta vida y en otras), yo lo sabía como dije, pero a pesar de tener esta información, todavía no tenía idea de que tan profundo era el hoyo, por decirlo de algun modo) y que tan oscuro y desconocido.
Paso por un proceso muy fuerte de encuentro y enfrentamiento conmigo misma y con mis miedos, mediante el temazcal, baños de hierbas, meditación, uso de cristales y sobre todo de obsidiana, logre acercarme, tocar mi miedo que era más bien pánico y todo ello, o al menos gran parte, venía de mi nacimiento, de mi miedo a nacer con mi familia, y fue tan grande, puedo decir, fue tocar ese tipo de miedo que te paraliza, con el que sientes que si te acercas vas a morir, el miedo hacia la muerte y hacia la vida, cuando estes en el umbral y no te decides porque todo te paraliza. Y lo toqué, morí un ratito, y revivi, pasé el umbral y lo sané. Fue tan fuerte la experiencia que dos días antes en mi prueba se sangre tenia 300 unidades de la hormona del embarazo y dos días después de mi intenso proceso de sanación la hormona bajo a 6 unidades.
Fue que pude comprobar o recomprobar, porque ya lo había hecho antes, que todo (la salud o la enfermedad) está en las emociones que debemos confrontar, son como profundos ritos de paso.
Y así sentí este segundo semestre del 2009 como un continuo rito de paso que incluyo sangre, miedos, enajenación y separación del mundo cotidiano, para redefinirse y regresar para integrarse con un nuevo rol y mayor fortaleza.
Tuve que aprender a protegerme mucho, mi cuerpo aurico, porque los ataques de otros niveles y frecuencias estaban al dos por uno. Y esto era porque mi cuerpo estaba débil. Pero aprendí, conocí, experimenté, mejoré técnicas y conocimientos, pero sobre todo, sobre todo me di cuenta que tenía que limpiarme de todos, TODOS, mis miedos porque eran fugas energéticas que atraían y dejaban pasar todo tipo de cosas, desde entidades del mundo astral, hasta pensamientos paranoicos, etc., etc., etc.
Este proceso digamos que tuvo su culminación este pasado diciembre cuando asistí a un maravilloso y mágico viaje chamánico a la Riviera Maya en compañía de la obsidiana, lidereado por Ana Silvia Serrano y en compañia de 18 mujeres todas usuarias, terapeutas o maestras del uso terapeútico de la obsidiana.
Ahí me contacté conmigo misma, me reconstruí y empecé a tejer mis alas nuevamente. Tuve muchas buenas señales y comunicación con mis guías personales.
Pero esta es otra historia... Voy a tomarme el tiempo y el espacio para escribir ampliamente de este viaje.
Por ahora estoy aqui de nuevo, viva, fuerte, poderosa, con alas nuevas, con cabello nuevo (lo pinte de azul y rojo, algo que quería hacer hace tiempo) con cuerpo nuevo, que vibra con la vida.
También en agradecimiento a todo lo recibido y lo que está por venir fui a hacer una ofrenda al Cihuatepetl, ubicado en la sierra de Puebla, es un lugar mágico de iniciación para sanadores, ahí fue donde empecé y fui iniciado formalemente como sanadora hace algunos años.
Sali ya de mi capullo como una mariposa libre, que vive, que siente, que ama, que sana y que vuela a donde el universo la lleve.
Un abrazo desde mi nevado ambiente