Andando el camino con una paleta de colores en la mano...

viernes, 6 de junio de 2008

La enseñanza de la Virgen de Montserrat

Ana Silvia Serrano, mi maestra de cristales y obsidiana, junto con un grupo de gente hicieron un trabajo chamánico de sanación y liberación en España con la virgen de Montserrat y quiero compartir con ustedes un escrito que ella hizo narrando lo sucedido:

La enseñanza de la Virgen de Montserrat y las geometrías de obsidiana, mayo 2008

Este escrito está dedicado a todas aquellas personas que se unieron a este trabajo desde sus lugares, y espero que así como hemos liberado estas memorias, todos lo hayan hecho también.

¡¡ GRACIAS A TODOS!!

Ana Silvia Serrano

El pasado 24 al 28 de mayo, se realizó el taller shamánico en Montserrat, Barcelona, donde un grupo de 13 personas nos reunimos en el intento de liberar las memorias arquetípicas que como candados, nos atan a creencias que nos alienan de nuestro poder de creación, a la carencia y a la falta de amor, a través de las geometrías de obsidiana y la guía de la sabiduría de la Virgen custodia de este lugar.

La Virgen de Montserrat tiene su casa en el monasterio que se ubica a una hora aproximadamente de la ciudad de Barcelona. Este monasterio fue construido en ese precioso lugar, debido a su aparición antes del siglo XII. Es a partir de entonces que se inicia la construcción de este grupo de edificios, inmersos en la gran montaña donde moran estas piedras gigantescas con formas humanas, probable herencia de la antigua Atlántida.

Para los feligreses de la fe cristiana, “…ella representa el misterio de la Encarnación, del Hijo de Dios hecho hombre en Jesús de Nazaret. María con Jesús en sus brazos revela el amor de Dios por la humanidad, a la cual Jesús ofrece la vida y la inmortalidad a través de su misterio pascual de muerte y resurrección”. (1)

El sitio es una gran montaña, ahí se encuentra la cueva donde ella fue hallada, pero también existen otros sitios como la Ermita de Miguel Arcángel, y por supuesto, su gran Templo, la Basílica, donde en su interior se encuentra la Capilla donde mora una estatua de esta tan venerada Virgen.

El trabajo con las geometrías incluyó la diaria meditación en la Capilla, que se realizó de 8:00 a 9:00 de la mañana. Ahí, nos reunimos para hacer la Meditación de la Tierra, que nos permitió el encuentro directo con ella, donde pudimos notar con claridad el acompañamiento de muchas personas que se sumaron desde sus lugares. Ante ella experimentamos la conexión del corazón del amor de la Virgen, quien abrió un camino de enseñanza sagrada, y su primera lección fue mostrarnos su propia imagen. Ella nos presenta la Tierra, que posa sobre su mano derecha. Nos dijo “Mírenme, cómo sostengo con una mano, la Tierra”, nos transmitió que el trabajo de liberar las falsas creencias que se contienen en la información de los arquetipos, es un trabajo que debemos hacer, porque a eso venimos, pero que no nos debemos creer que ese es el fin y la verdad de la esencia humana. Nos habló de hacer el trabajo que nos corresponde, pero que no nos creamos todo lo que en ella se nos dice. A cambio, nos dijo: “Mírenme, comparen la magnitud de la Tierra con mi presencia”. Nos indicó que viésemos lo grande que ella es, porque es amor, lo grande que debe ser este y que debemos prodigar, más allá de las creencias que en la Tierra existen, más allá de nuestro pensamiento y nuestra existencia.

Cada día, un recordatorio de quien es ella, de lo que nos transmite. Cada día un sentimiento más profundo de confianza, seguridad y fuerza interior que sembraba en nuestro corazón, en su Capilla, acompañados de todas aquellas almas que se unieron a este trabajo.

En el trabajo de la Cueva, se abrió una maravillosa experiencia, para empezar. Llegamos ahí, habiendo pernoctado la noche anterior con Osiris, el Huevo de obsidiana, con el fin de abrir la memoria femenina del sentir, de recobrar nuestro poder femenino, de poder conectar con los sentimientos más profundos y nuestras historias de mujeres, historias femeninas. Ahí, el trabajo inició abriendo los 4 puntos, donde sorprendentemente un sacerdote no sólo nos permitió el trabajo con todo y nuestro Tecocoli, la caracola… sino que se ¡sumó a la limpia shamánica y a la petición de la apertura! Con esta bendición, el trabajo se enfocó en Urantia, la esfera, donde los humos se expandieron de una forma inusitada y todo el mundo “abrió” un espectro de conexión con alguno de sus arquetipos de origen a trabajar. Saliendo, esa tarde – noche, se aparecieron en las celdas (apartamentos) arañas, a varias compañeras. Nos quedó claro que quien se presentaba era “la Madre Siniestra”. Había miedo; el miedo de sabernos separados de nuestras madres, no por estar en Montserrat, sino esa separación que vivimos en nuestra psique en el momento del nacimiento, cuando nuestra madre (inconcientemente) se encuentra más preocupada por su marido, y otras tantas cosas que por entrar en un profundo contacto con su bebé recién nacido. La preocupación de la madre, más allá del bebé, nos lleva a pensar que en vez de estar angustiada, debiera estar disfrutando de su crío/a, con todo el amor y placer que ello implica y no por las cuestiones familiares, sociales formales o las cuestiones económicas que surgen con la presencia del nuevo ser.

Al día siguiente, presentes en la meditación en la Capilla, volvimos a encontrarnos con la lección de la Virgen, donde se transmitió que viéramos cómo posa su hijo en su regazo. Este niño, nos muestra,lo que representa: el amor incondicional de la madre por su hijo. Nos enseña que somos nosotras las que hemos de participar en la transmisión del amor hacia los hijos y no esperar el amor de un hombre para empezar a amar, porque en su imagen ¿Dónde está la del hombre? Está la imagen del niño, a quien la madre ama de manera incondicional. La lección versa sobre la creencia de una mujer de que si no tiene un hombre que la ame, ella no puede amar, o si no se siente amada, no puede transmitir amor. Su enseñanza es que la mujer, es la criatura de la Tierra que tiene la capacidad de amar y transmitir el amor, a sus hijos, ¡pero al mundo entero también! Por el simple hecho de ser mujer. Ella nos revive el símbolo de Isis, la diosa egipcia que revivió a Osiris, cuando este muere, asesinado por su hermano Seth (que representa el patriarcado), cuando vemos el círculo como símbolo en su mano, que representa la Tierra y en Isis, el círculo en su cabeza, que representa lo femenino (útero y trompas, según Jung).

En la montaña, a un lado de la Ermita de San Miguel, iniciamos el trabajo habiendo vibrado a Seth, la noche anterior y ante Tezcatlipoca, el espejo de obsidiana, surgieron los miedos más profundos. Miedo a la madre, miedo a los hombres, miedo a las relaciones, miedo a la enfermedad, miedo a lo desconocido y el más profundo: miedo a la muerte. Todos, a partir de las experiencias de cada uno de nosotros, y vibrando cada geometría que como llave “abría” esa memoria en cada uno de nosotros y más allá a todos a la vez.
Acompañados de los seres de luz, los protectores, y sobre todo las enseñanzas de la Virgen, enfrentamos el miedo en cada uno de estos niveles de manera vivencial. Sí, se presentó la muerte también, ya que esta también es una creencia patriarcal cuando se vive desde el miedo. Todos fuimos individualmente y en grupo para allá. Seth era el guía, y Tezcatlipoca el maestro. El nos mostraba a cada uno, la relación que existía con la verdadera muerte: “La Transformación” y nos separaba de esa creencia falsa y patriarcal de lo que en realidad es “la Muerte”.

Para este trabajo, subimos a media noche a la montaña, donde rezamos la oración tibetana del Bardo, que nos ayuda a cerrar los círculos de nuestra vida que hemos de cerrar pero también a cambiar de ciclo, lo que nos permite avanzar, movernos, evolucionar. Muchas almas se hicieron presentes, muchas almas acompañaron, otras se liberaron.

El siguiente día, en nuestra acostumbrada reunión con la Moreneta, quien nos guiaba y nos mostraba el camino de esta liberación en el trabajo arquetípico, nos habló de la resurrección, o mejor dicho, del “renacimiento”, que representa ese niño en su regazo, tal como Horus se muestra en el regazo de Isis. En su lección, nos muestra la tarea a la que venimos a la Tierra como este viaje que nos va a permitir la transformación a través de la “Muerte y Renacimiento”. El niño, representa ese nuevo ser que ha nacido del “Huevo”; el huevo porque este contiene la energía femenina (óvulo) y la energía masculina (espermatozoide) que nos permite la vida; desde donde nace el “nuevo ser”.

Había que renacer, había que morir para renacer, y dado que cada uno vivíamos el arquetipo en nuestros cuerpos, mentes y almas, cada uno enfrentaba su propia muerte, pero a la vez, en la compañía de todos, todos moríamos para renacer. Muchas experiencias tan profundas y contundentes nos mostraron nuestro renacer. La Virgen nos llevaba por un camino de aprendizaje donde el regalo que nos dio fue nuestro deseo: el intento de liberar esas falsas creencias que nos atan como candados que nos hacen creer débiles, no merecedores, sin poder alguno, pequeños e inválidos. Cuando lo que existe como esencia en el ser, es únicamente el amor. El amor a uno mismo, para luego poderlo transmitir a otros.

Al final la experiencia fue el haber recuperado una fuerza, el haber podido enfrentar esas memorias de corte, división, mal trato, celos, separación, miedo, enfermedad y muerte que nos atan. Hemos de reconocer que la energía de esta inconmesurable Virgen y Diosa, sostuvo aquella que nos permitió viajar a lo más profundo de nuestra psique, a lo más profundo de nuestra sombra, para encontrarnos con estos candados. Los Maestros, nuestras geometrías de obsidiana, nos llevaron a encontrar cada uno de estos, para mostrarnos el dolor y sufrimiento, pero no sólo el nuestro, sino el de la humanidad entera, que se liberó a través de una experiencia que conllevó la compasión y comprensión, la guía y el trabajo realizado en compañía de nuestros congéneres pero también con nuestros ángeles y seres de luz en ese maravilloso lugar, que es Montserrat.



Bibliografía

(1) Todo Montserrat, Col. Todo España, c Editorial Escudo de Oro, S. A., Montserrat, Barcelona, España. P. 32


A raíz de este trabajo que hicieron yo tuve estos sueños extraños que platicaba anteriormente, los de los cuadros azules y toda la tristeza. Esto es muy curioso porque aunque sabía que harían ese trabajo olvidé las fechas y sin embargo mi cuerpo etérico y el emocional se conectaron con ellos y trabajé y apoyé desde aquí desde Albuquerque.
Es maravilloso cuando se hace evidente que estamos todos conectados y que cada ejercicio, ritual, ceremonia, meditación, oración hecha para sanarnos y para sanar a nuestro planeta resuena y reverbera a niveles mayores inimiginables, cada gotita de amor que salga de nuestros corazones es capaz de alcanzar a muchos otros corazones en el cosmos, como las ondas en el agua, a medida que se alejan de su centro son más y más grandes, así holográficamente vamos todos apoyándonos y abriendo conciencia para lograr nuestra liberación y salud total.
Una bonita foto de ella que encontré en Wikipedia http://http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/2/24/Verge.jpg

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