Andando el camino con una paleta de colores en la mano...

sábado, 27 de diciembre de 2008

Viviendo a mi Coyolxauhqui

Esta es una imagen de la diosa mexica Coyolxauhqui.
La diosa Coyolxauhqui era hija de Coalicue y hermana de los cuatrocientos surianos, los Centzonhuitznahua. Cuenta la leyenda que Coyolxauhqui se enojó mucho con su madre porque estaba embarazada, esto había ocurrido cuando Coatlicue barría un templo y una bola de plumas llegó hasta ella, lo recogió y lo guardó en su seno y entonces quedó preñada de Huitzilopochtli, el dios de la guerra.
Coyolxauhqui molesta por la situación animó a todos sus hermanos para que enfrentaran a su madre. Coatlicue al ver est se preocupó mucho, y se refugió en el cerro de Coatepec, sin embargo Huitzilopochtli desde su vientre le dijo que se tranquilizara, que él la protegería. Cuando Coyolxauhqui y sus cuatrocientos hermanos estaban ya muy cerca de Coatlicue, Huitzilopchtli nació ya como adulto y con indumentaria guerrera, furioso decapitó a Coyolxauhqui y la lanzó cerro abajo, donde su cuerpo quedó todo cercenado. A los otros hermanos también los atacó. A partir de entonces Coyolxauhqui se convirtió en la Luna, que muere y renace cada ciclo. Sus hermanos fueron convertidos en las estrellas.

Y yo estoy aquí viviendo, yo enojada con mi madre por haber dedicado tanto tiempo, tanta atención, tanto dinero, tanta energía a mi hermano. En mi brota la niñita herida, desplazada por el hermano recién nacido. Toda mi vida haciendo lo mejor para ser reconocida, para mostrar que era digna de ser valorada, para demostrar que merecía vivir y tener el mismo nivel de atención que mi hermano débil, enfermo, miedoso, rodeado de "malas compañías". Yo gritaba con mi calificaciones de excelencia: "aquí estoy, mírenme, quiéranme, abrácenme".
Yo soy Coyolxauhqui la celosa, enojada, furiosa que quiere matar a su madre y al hermano, porque ha sido traicionada.
Y sin embargo mi hermano Huitzilopochtli, el dios del Sol, el guerrero, ha nacido ya y me ha asesinado.
Me ha roto, me ha despedazado, ha separado todos mis miembros, ha dejado que mi sangre corra, y cada luna así lo recordará y lo recreará por todo la eternidad.
Soy la mujer rota, destrozada, la humillada, la despojada de todo incluso de la ropa que me cubre.
Mi hermano, mi propio hermano, la sangre de mi sangre me ha matado.
Cuando yo podría haber soñado compañía, protección, compañerismo, resguardo, cariño, respeto...
Me han traicionado...
Dónde está mi vida?
Dónde estoy yo?
Cómo me rehago, cómo me reconstituyo?
Cómo y donde encuentro mis pedazos, regados por todo el Coatepec?
Dónde están mis pertenencias, dónde esta mi ropa para cubrirme?
Dónde me busco?
Adónde me encuentro?
Cómo me encuentro?
Por cual nombre me llamo?
Por cual nombre voy a gritarme viendo mi rostro reflejado en el agua para que mi tonalli regrese?
Ahora lo único que sé y que siento es mi cuerpo partido, es mi corazón cortado, es mi cabeza separada de mi cuello. No estoy aqui, ha han borrado de la tierra.
Pero yo ahora, asi rota, cercenada, despedazada, me entrego a mi creador/creadora. Me entrego a mi venerable Madre Tierra, que es la que me creo antes, para que me rehaga, para que yo renazca, me voy a su útero sagrado, ahí entro, cargando los miembros que he encontrado y si alguno falta para que con maíz sea rehecho.
Entro herida, sangrando, llorando. Ya entro a mi madre, ya llego a su seno, todo está oscuro y es cálido. Me estoy recreando ya. En el Temazcal vuelvo a unir mis pedazos. Todo encuentro. pero mi corazón donde se ha quedado?
Una brasa que del fuego ha saltado ha venido a calentar el hueco donde antes vivía mi corazón palpitante. Será mi nuevo corazón que ha llegado.

Todavía me estoy curando, todavía estoy untando savias medicinales en mis heridas.
A veces camino y me rompo un poco. Tengo que cuidarme, tengo que abrazarme, tengo que tomar chocolate, para recordarme que soy una diosa, que soy divina, que como comida sagrada, que el fuego sagrado me calienta y vibra en mi corazón. Que el agua ha lavado mis heridas, que el viento me ha dado nuevo aliento, y que la tierra me ha abrazado.
Me rehago para romperme otra vez, cuando sea el momento. Yo soy una diosa, yo soy Coyolxauhqui, yo soy la hermana de Huitzilopochtli, me ha quebrado, pero no me ha desaparecido.
Yo soy la Luna.


Coyolxauhqui, cuyo nombre significa “La que se ornamenta las mejillas con cascabeles”, aparece desnuda en el monolito porque una de las últimas etapas de la derrota de los enemigos, era la humillación, misma que consistía en despojarlos de sus ropas.
Otro aspecto que da cuenta del papel que ocupó esta escultura dentro de la cosmovisión de la cultura mexica, es el referente a la serpiente bicéfala que adorna el cinturón de Coyolxauhqui. Este elemento remite que se trata de una deidad de la tierra y la oscuridad de la noche, es decir la diosa de la Luna.

Más información:

http://dti.inah.gob.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=528





martes, 16 de diciembre de 2008

A mi madre Tonantzin y a Dios yo me entrego.

A mi madre, venerable Tonantzin Virgen de Guadalupe,
yo te honro y a ti me entrego.
Invoco tu presencia y que tu manto nos cubra y con el enjuguemos nuestras lágrimas, que tu maternal abrazo nos llegue a mí, a mi mamá, a mi hermano, a mi hijo, quienes hemos estamos en duelo por la muerte del esposo, del padre y del abuelo.
Sostén a mi madre, guía a mi hermano en su camino. Danos la luz, el amor y el consuelo.
La luz que nos permita desde el corazón perdonar lo que tengamos que perdonar, entender que todos tenemos caminos diferentes, heridas que sanar, enseñanzas que atesorar...

Te entregamos lo que tenemos
y no hay nada que cambiar.
Aquí esta tu hija que se ofrenda
Y a ti se une ya.


Hacia a ti voy caminando
y sembrando esperanzas,
siembro en ti Madre mía
lo que a mi más me abraza.

Que asi sea.