Bello panorama nocturno y plantémonos como los álamos

Ayer en la noche decidimos cenar afuera y a través de la ventana del restaurante vi la luna creciente acompañada de Venus.

Era bello!

Tan armónico. Quería sacar una foto pero no llevaba mi cámara conmigo.

Llegamos a nuestra casa, pero ya no se veía tan claro porque llegaron unas nubes a pasearse por ahí.

Pero hoy en la mañana que paseaba por el internet encontré que alguien más si sacó la foto.

Se trata de Victor Bobbett de Arizona.

Tenemos entonces luna creciente con Venus de compañía, la luna creciente es el inicio de ciclo de renacimiento de juventud, y Venus nos conecta con el amor, la belleza, lo femenino.

Y además por ahí anda un peculiar cometa Lulin, que tienen la característica de ir hacia el lado contrario que la mayoría de los cometas.

Grandes movimientos en el cielo, lo mismo que aquí, "como es arriba, es abajo".

Siempre a los cometas se les relaciona con grandes cambios. Cuando en México-Tenochtitlan empezar a observarse signos que presagiaban el arribo de los españoles, un cometa cruzó el cielo.

Los cambios o más bien las renovaciones, los renacimientos siguen y continuaran por algún tiempo más.

A nosotros nos toca estar centrados, bien plantados y balanceados en la tierra, en armonía con nosotros mismos y nuestro entorno, para que pase lo que pase no nos lleve la corriente.

La corriente que arrastra lo viejo.

Aquí viviendo junto al Rio Grande o Río Bravo es muy claro para la gente y sobre todo para el mundo de los elementales, lo beneficioso de las grandes corrientes que inundan, que limpian que aclaran y que generan vida. Sucede que en la orilla del río crecen grandes álamos, son árboles grandes y poderosos, y sus semillas sólo germinan cuando hay inundaciones, ya que las semillas necesitan muchísima humedad y agua continua. Entonces para el bosque de álamos las inundaciones, las grandes corrientes eran una bendición porque sus pequeños hijos, sus niñitos podrían despertar a la vida.

Entonces plantemonos en la vida como estos álamos, fuertes, con profundas raíces y ramas listas para afrontar las grandes corrientes que inundarán de vida el bosque de la nueva Tierra.

Desde el bosque de álamos con mucho cariño

Vero