Andando el camino con una paleta de colores en la mano...

jueves, 5 de marzo de 2009

Soy mujer de maíz, más que de trigo

Y esto lo digo porque lo tengo confirmado, en mi sangre corre más maíz que trigo. Y esto es por la habilidad que encuentro para manejar el maíz y hacer ricas y suculentas comidas con él. Del maíz me fascina sus colores, azul, amarillo, rojo, morado, blanco; su sabor como mazorca tierna, en esquites o asado; su textura, molido, en masa, en atole...
Y mi más reciente prueba:
A principio de año hice una rosca de reyes, para festejar la llegada de los Reyes Magos que visitan al niño Jesús y que también traen presentes a los niños en la actualidad.
Así que el 6 de enero me puse a preparar todos los ingredientes para hacer la masa, la harina de trigo, la levadura, los huevos, el agua de anis y de azahar, etc. Y después de que mezclas todo hay que batir y batir, y batir, y batir, por horas y horas, por lo menos así es para mí. Me encanta la rosca de reyes, pero hacerla es lo que me espanta, puedo pasar varias horas batiendo antes de obtener la textura necesaria para hornearla. Y esta vez no fue la excepción, pero pasó de mi rango conocido, estuve batiendo por cerca de 4 hrs. y nada, que la masa no estaba lista, y al contrario, como era un día bien frío, y la masa necesita una temperatura tibia, lo mismo que las manos que la baten, pues resulta que mis manos está frías casi siempre, y con la masa fría que no lograba calentarse pues mis manos llegaban a estar casi congeladas (estaré exagerando?), en fin por fin casi a punto de que llegaran los invitados para partir la rosca la masa quedó casi lista, la rosca salió rica pero para nada esponjada. Como envidié las manos fuertes y calientitas de mi mamá que en dos horas tiene la masa lista para hornear. Y ahora mi más reciente experiencia con el maíz:
el lunes 9 de marzo es el cumpleaños de mi angelito Emiliano, ya cuatro años!
Decidí hacer tamales (una especie de pancitos hechos con puro maíz, carne y salsas, cubiertos con la hoja de maíz y cocidos al vapor).
Y vaya diferencia, mis manos al entrar en contacto con la masa de maíz empezaron a gozar la textura y frialdad de la masa, y sentir como se iba suavizando, como se mezclaban los ingredientes, como cambiaba...
Batí esta masa con mucho más gusto que la hecha con el trigo, era como normal para mí batirla como lo vi hacerlo a tías, vecinas y mamá.
Y la masa quedó lista rápido. Los tamales los preparé con piña para los niños y los otros con pollo y mole o salsa de chile verde.
Se cocieron bien, rápido y sin problemas, y quedaron muy ricos. Mientras se cocinaban hice unos tlacoyos rellenos de queso, que disfrutamos Emiliano y yo. Al otro día hice un champurrado, que es un atole de masa de maíz con chocolate, y unas tortillas.
Vaya como disfruto convivir con el maíz, mi querido maíz, sin duda soy parte de la raza de los hijos del maíz, en México todo un día puedes consumir comida a base de este grano, empezando en la mañana con un atole champurrado y tamales, en el almuerzo unos sopes o quesadillas; en la comida o la cena un delicioso pozole acompañado de pozol (bebida a base de maíz y chocolate) y cerrando el día con un pan de maíz y otro atolito.
Que delicia!
Me gusta hacer pan, sobre todo porque puedes ver muy claramente la alquimia presente dentro de la cocina, como al mezclar algunas cosas obtienes otra diferente. Pero sin duda, prefiero trabajar con el maíz y a hacer ricas delicias con él.
Soy mujer del maíz.
Un abrazo. (Esta imagen la tome en diciembre y son algunas mazorcas y maíz que traje del pueblo de mi mamá y que espero sembrar este año)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Así es vero! somos del maíz!
un saludo amiga mía ! hace mucho que no accedia a el internet después de que un relampago afectó a la otra compu , pero ya tengo nuevamente una para estar en contacto ! es un gusto enorme saludarte a ti y a tu familia ! Desde Mexico DF ..
Sabes , tengo la idea muy metida de Construir unos temascales .

Veronica dijo...

Hola Mural (eres Rodrigo?)

Tienes que contruir tu o tus temascales, son sitios sagrados, lugares de entrega y renacimiento. Y especialmente el D.F. necesita sitios asi para sanar todo lo pesado que está pasando.
Un abrazo

Carlos dijo...

Veronica,

Me gusto mucho el tema del maiz, por ahi existe un libro escrito por un argentino que nos llama el pueblo del maiz, se esta tratando de que la unesco considere a la comida mexicana como patrimonio de la humanidad. Me encanto la fotografia de las mazorcas criollas que estan en el petate, me gustaria utilizar la imagen con tu permiso, mi correo es quarkstnt@hotmail.com

saludos

Carlos