A windy day

Ayer domingo Kent, Emiliano y yo fuimos a un festival de intercambio de semillas aquí en Albuquerque. Fue en una granja que siembra productos orgánicos y la intención de esta reunión era propiciar que las familias siembren algunas plantas que nos den alimento en el verano y otoño.
Fue una experiencia muy bonita porque también participamos con un pequeño puesto de venta de artesanías mexicanas, y joyería hecha por mí.
Junto a nosotros estaba Martha, una mujer de origen lenca (grupo indígena hondureño) quien tiene una amplia experiencia en organizaciones sociales, tuvimos una plática muy enriquecedora.
También fueron mis amigos Nancy y Hector con su pequeño Alejandro, que tiene casi la misma edad que Emiliano. Fue muy divertido porque era un espacio amplio donde los niños corrieron, jugaron, montaron un tractor, se ensuciaron y revolcaron a placer!
La única desventaja fue que había mucho viento, a mi me gusta mucho el viento porque siento como si en cualquier momento pudiera emprender el vuelo, pero fue un poco problemático tratar de evitar que se volaran los productos y artesanías que teníamos, cuando venía una racha de viento todos corriamos a tratar de cubrir nuestras cosas para evitar que se fueran volando, esto también era divertido.
Conocí a muchas personas interesantes, muchas de ellas trabajando y cuidando a nuestra Diosa Madre Tierra, se podía sentir el amor en el ambiente.
Entre las personas que conocí esta una mujer Stacey, quien hace joyería, toma fotos y hace unas Diosas y Sirenas preciosas con lana de alpaca. Intercambiamos nuestros productos, yo escogí una maravillosa sirena y ella un juego de collar y aretes de barro, muy útiles para usarlos con aceites esenciales, me gustó mucho el intercambio, porque lo haces con los mismos productos que elaboras sin necesidad de involucrar al dinero, un trueque, como en los tiempos antiguos.
Stacey tiene una página de internet y una tienda con productos suyos y de sus amigas, su idea es hacer una cooperativa de mujeres que trabaja en línea.
Este es su sitio:
http://www.thezentree.com
Al final de la vendimia, que duró dos horas, llegó un grupo de música y después hubo comida y todos felices y contentos.
El viento siguió y el sol calentaba. Fue una tarde mágica. Estuve muy contenta con mi familia y amigos, los ya conocidos y los nuevos.
Voy a sacar una foto de mi sirena pronto para que la conozcan.
¡Vientos purificadores para todos ustedes!